“Nuestra vulnerabilidad propone un proyecto de cuidado y no de poder”, así lo propone  el filósofo Paul Preciado en charla reciente-

En estos momentos de crisis humanitaria, es especialmente importante debatir la reorganización total del trabajo de cuidado desde una perspectiva holística, crítica y transformadora.

Cuidar es el conjunto de actividades dirigidas a proporcionar bienestar físico, psíquico, emocional y espiritual a las personas.

Cuidar nos relaciona con la vulnerabilidad y la dependencia que están presentes en todo el ciclo vital, son aspectos universales e inevitables.

La ideología patriarcal a través de la tradición, las creencias, el Estado  han puesto a la familia , más precisamente a las mujeres , en el lugar de las cuidadoras “todo terreno”, ejerciendo el acto plural de cuidar en forma indiscriminada, silenciosa y anónima

Este tipo de cuidado, restringido a la familia, nos ha condicionado a aprehender el  dar y recibir amor en el espacio de las relaciones de parentesco, limitando  nuestro desarrollo individual y colectivo.

Se trata de considerar, entonces,  el cuidado como una forma de reciprocidad generalizada, como una deuda moral,  entre todos los componentes de la sociedad, que excede el ámbito del parentesco, de la familia y que encuentra en la amistad una forma relacional donde el amor estimula la conexión empática con el otro, generando proyectos de acción colectiva, trabajando para que el otro/otra desarrolle sus potencialidades

La amistad excede la definición de amor romántico que se ejerce en la pareja o de intimidad , que se reduce a lo sexual. .

Los feminismos, los movimientos ecológicos, por los derechos humanos han puesto la política de la amistad entre seres humanos y con la naturaleza, como actividad que genera lazos afectivos, intelectuales y espirituales, dando un sentido a sus respectivas luchas.

Es momento de tomar conciencia de la educación sentimental que hemos recibido, base de nuestra organización política y social .

Pensar en prácticas colaborativas , creativas y de búsqueda de consenso que , no sin conflctos, nos recuerdan que pertenecemos